viernes, 18 de enero de 2019

Planteamiento ante la posibilidad de una escritura de la muerte.Posibilidad vía el contraste.


“El apóstrofe: Oh, amigos míos, no hay ningún amigo. Dice la muerte de los amigos. La dice. En su «contradicción realizativa» (no debería uno poder dirigirse a amigos llamándolos amigos para decirles que no hay amigos, etc.), ese decir vacila entre la constatación -tiene la forma gramatical de ésta- y el fallo de la sentencia: que sea así, puesto que es así, y conservad lo dicho en la memoria, tenedlo por dicho. La frase se dirige a la memoria pero nos viene también de la memoria, y de memoria, pues «la frase que solía usar Aristóteles» Montaigne la cita, como otros antes de él, la recita de memoria, allí donde ningún documento literal atestigua el acontecimiento.” (Derrida, 1998)
Un texto que cita a otro texto… Una escritura muerta citando a otra muerta, a dos autores ya no presentes… E incluso el citado mismo en este ensayo… ya no presente, ausente en cierta medida. Sustentando su argumento en la memoria, o en aquello que nombramos la memoria.
Si bien, todo el texto citado anteriormente parte de una frase especifica atribuida a Aristóteles, me parece relevante partir de un punto distinto, pero a su vez similar. En este caso, de algo escrito por el autor al que se le atribuye tanto, en particular sobre su escritura de la amistad:
“…Consideramos a los amigos como el único refugio. Los amigos ayudan a los jóvenes a guardarse del error; y ayudan a los viejos, los cuales, a causa de su debilidad, necesitan asistencia y ayuda adicional para sus acciones; y los que están en la flor de la vida les prestan apoyo para las nobles acciones. <<Dos marchando juntos>>, pues con amigos los hombres están más capacitado para pensar y actuar” (Aristóteles, 1989)


Podemos atribuir esto a distintos puntos, en particular partiendo de lo apartemente contrastantes que resulta lo dicho en la escritura de Aristóteles (sin llegar si quiera a las traducciones y como estas cambian los significantes), pero lo relevante para poder pensar en este ensayo, es quizás el retomar a Aristóteles para partir de un punto diferente… quizás un tanto más idealizado, pero aún así relevante para poder pensar la escritura y un tanto más la idea de deconstrucción


Primero planteado la siguiente idea en cuanto a deconstrucción:

“La deconstrucción no permite, en ella misma, ninguna acción justa, ningún discurso justo sobre la justicia, sino que constituye una amenaza contra el derecho y arruina la condición de posibilidad de la justicia. Sí, responderían algunos; no, respondería la otra parte.” (Derrida, 2016)

En este punto, pensar la amistad aristotélica como un discurso contrastante en cuanto a aquel de la deconstrucción derridiana, me parece crucial para poder pensar una escritura que salga pueda replantearse la idea misma de la escritura de la muerte como una posibilidad… lejana, pero como un posible.


Lo anterior  deseo plantear desde la siguiente hipótesis:
El contraste de escrituras desde el punto de cruce de lo aristotélico idealizado y lo derridiano diseminante puede generar un posibilidad de una escritura que alcance un punto deconstruyente y pensar más allá de la escritura de la muerte. Incluyendo al idea de la escritura de la muerte en si.



El plantear el argumento ante esto… resulta truculento, quizás pensando en Derrida, viéndolo como un esfuerzo cercano a la aporía, una cierta forma de búsqueda a nivel filosófico, algo que Aristóteles plantearía como el método de investigación que parte de opiniones opuestas, una gama de posibilidades aporéticas que se encuentran muy lejos de la simple negación del camino. Al simple hecho de las contradicciones entre textos mismos, entre sucesos, entre experiencias. Entre conciencias históricas, incluso pensando en esto último como un pensamiento que surge de una necesidad moderna a fin de cuentas.
(Derrida,1998) deja en la mesa… que no podemos asegurar las fronteras cuando hablamos de la muerte, insistiendo en la delimitación que Heidegger establece en Ser y el tiempo entre la muerte del Dasein y las otras formas de terminar o perece. Como algo que origina un análisis… Algo  que quizás Derrida mismo podría plantear como el fin de este… el momento de la escritura misma, algo que sobrepasa incluso la idea de la voz. Un más allá del binarismo voz-escritura (o al menos un intento de mas allá de...)

Es quizás una idea inconclusa por el momento ¿es posible una escritura de la muerte al contrastar dos puntos de escritura muerta que intentan hablar de un común significante? Como en este caso aquel llamado amistad. Esto sin considerar algunos otros conceptos como justicia y el alcance de esta. Es una posibilidad cerca si se parte de la aporía… de esta contradicción, de un no “objetivo”. Sino quizás de un escrito que esta y no esta, de una muerte, del abandono de la presencia misma, del desaparecer dentro del texto. Más allá de una interpretación sustentada en “¿Qué quizo decir el autor?” Sin embargo, deja el inconcluso de… ¿si esa no es la pregunta… cual si sería la pregunta para plantear el problema de la escritura de la muerte ?


Bibliografía:


Aristóteles. (1989). Ética nicomaquea. Madrid: Gredos.
Derrida, J. (1998). Aporias- Morir Esperarse (en) los límites de la verdad. Madrid: Paidos.
Derrida, J. (1998). Políticas de la Amistad. Madrid: Trotta.
Derrida, J. (2016). Fuerza de Ley <<El Fundamento místico de la autoridad>>. Madrid: Tecnos.